A las afueras de la villa se encuentra la Ermita del Santo Cristo de la Vega, un edificio barroco que alberga restos de un primitivo emplazamiento, con un estupendo arco mozárabe del siglo X. En la explanada que rodea el monumento podemos deleitarnos con la tranquilidad que nos ofrece el merendero instalado allí.
Se construyó en el siglo XVII ampliando una antigua Ermita que ya había en el lugar.